Puedo escribir historias tristes
E inventar versos oscuros.
Puedo imaginar versos salvajes
Antes de que los creen expertas manos.
Tengo fe
En ti
Orión nos espea, amigo.
Dime si irás conmigo.
Infórmame de tu parecer
O mándame a puñetas hacer
P.D.: Acróstico =P
martes, 15 de junio de 2010
MARATÓN: Volumen XIX
Despertar. Desperezarse. Comer. Vestir. Estudiar. Comer. Estudiar. Comer. Estudiar. Escribir. Chatear. Comentar. Discutir. Comer. Leer. Saltar. Andar. Comer. Dormir. Soñar.
MARATÓN: Volumen XVIII
La piedra mágica brilló con intensidad. Su fulgor lo cegó un momento. Alargó la mano y la cogió. Estaba cálida. Demasiado. ¡Quemaba! Se oyó un siseo de carne quemaday un alarido. Soltó la piedra de golpe. Parte de la piel de su mano se quedó pegada a la lise superficie negra de la gema. Y en su palma, una marca con forma de pentáculo invertido. La marca del Diablo. ÉL lo había elegido.
MARATÓN: Volumen XVII
El temor más grande de un escritor es quedarse sin ideas. El temor más grande de un chulo de barrio es quedarse sin musculitos. El temor más grande de un marido es que aparezca su esposa con el rodillo en la mano mientras le pone los cuernos con la secretaria. El temos más grande de un judío es descubrir que su novia es nazi (humor negro barato sin gracia). El temor más grande de Death666 (servidora) es que alguien conocido aparte de Pepa lea su blog y decubra quién es ella. Y ahora dime... ¿cuál es tu temor más grande?
MARATÓN: Volumen XVI
Él estaba sentado en su cuarto, deante del ordenador. Ella, también. Estaban hablando, más bien coqueteando, cuando ella notó que sus dedos empezaban a tirar de la piel de las manos amenazndo con desgarrarla. Se despidió apresuradamente y cortó la comunicación. Salió de casa corriendo y se internó en el bosque. Por el bien de todos.
En cuanto estuvo lo suficientement lejos, se dejó llevar. Así era más fácil y menos doloroso. Cerró los ojos y notó cómo su piel se desprendía de su cuerpo, dejando a la vista ua piel nueva, totalmente cubierta de un espeso pelo negro. Las orejas crecieron y se filaron, las cejas se separaron, se le dislocaron los hombros, la mandíbula se alargó, manos y piel se convirtieron en armas mortales. Acabada latransformación, se sentó y esperó. A los pocos minutos, unas ramas secas crujieron bajo unos pies inmensos. Ella se levantó y corrió hacia ese sonido. Ecabó en brazos de un licántropo enorme, impnente... e inmensamente atrayente. Agarrados, lanzaron juntos un profundo aullido a la noche y salieron corriendo a la velocidad de la luz, en dirección a la Luna.
En cuanto estuvo lo suficientement lejos, se dejó llevar. Así era más fácil y menos doloroso. Cerró los ojos y notó cómo su piel se desprendía de su cuerpo, dejando a la vista ua piel nueva, totalmente cubierta de un espeso pelo negro. Las orejas crecieron y se filaron, las cejas se separaron, se le dislocaron los hombros, la mandíbula se alargó, manos y piel se convirtieron en armas mortales. Acabada latransformación, se sentó y esperó. A los pocos minutos, unas ramas secas crujieron bajo unos pies inmensos. Ella se levantó y corrió hacia ese sonido. Ecabó en brazos de un licántropo enorme, impnente... e inmensamente atrayente. Agarrados, lanzaron juntos un profundo aullido a la noche y salieron corriendo a la velocidad de la luz, en dirección a la Luna.
MARATÓN: Volumen XV
La hierba era muy apetecible, así que se tiró al suelo, de espaldas, para poder contemplar a gusto las esponjosas nuber que se formaran en el cielo en las últimas horas. No sabía por qué, pero últimamente estaba muy melancólico. Bueno, sí lo sabía. La echaba de menos. Mucho. Deseaba volver a verla. En todo el verano sólo se encontraran una vez, jusoto el día que ella celebraba sus 17. Estaba guapísima. Cuando la vio, se quedó mirándola con cara de estúpido. Tenía el pelo diferente, con un corte irregular que resaltaba su sonrisa y le daba un aire pícaro pero dulce a la vez. Fueron ella y sus amigas las que se acercaron a saludarle. Y ella le sonrió... En ese momento, decidió que ya era suficiente. Necesitaba verla. Se levantó, y estaba a punto de ir hacia su casa cuando una voz lo llamó por su nombre. Música celestial, era ella. Se giró y la observó, mientras se dirigía hacia él. Y supo lo que tenía que hacer.
MARATÓN: Volumen XIV
Los sueños son sólo sueños.
La realidad es muy diferente.
Más cruda, más... real. ¿O no?
Sueños y realidad mezclados.
Una auténtica utopía.
La realidad es muy diferente.
Más cruda, más... real. ¿O no?
Sueños y realidad mezclados.
Una auténtica utopía.
MARATÓN: Volumen XIII
13... ¿Número de la mala suerte? Es una creencia estúpida.
¿O a alguien le desagradarían 13 millones?
¿O a alguien le desagradarían 13 millones?
MARATÓN: Volumen XII
Ese día ella estaba my enfadada. Había visto a su novio besándose con aquella pedorra. ¡Dios, cómo los odiaba! Llegó a casa y casi no comió. De pronto se sentía muy cansada, así que se tumbó en el sofá para dormir un poco. Tuvo un sueño muy extraño. Estaba viendo a Pablo, su chico, y a su amiga sentados en un banco del parque, besándose. Y de pronto perió el control. Se acercó hecha un basilisco y lo agarró por el cuello. Apretó tan fuerte como sus manos se lo permitían, dejándole marcadas en profundos surcos sus largas uñas. hasta que él se desplomó, insonsciente. Entonces gritó. Y se despertó. Sonó el teléfono. Su madre locogió y escuchó durante un rato, muy seria, sin apenas decir nada. Cuando colgó, sus ojos estaban llenos de lágrimas.
- ¿Qué pasa, mamá
- Era Berta, la madre de Lucas. Pablo acaba de morir.
- ¿Qué pasa, mamá
- Era Berta, la madre de Lucas. Pablo acaba de morir.
MARATÓN: Volumen XI
Unos golpes extraños en la ventana. Eso era lo que la había despertado. Se levantó y se acercó sin hacer ruído. Agarró la correa de la persiana y la agarró de un tirón. Allí no había nadie. Volvió a acostarse y se durmió. Al rato volvió a oír los golpes. Esta vez no se levantó, sino que se quedó en la cama. Sintió como algo levantaba la persiana a pulso y abría la persiana. Una ráfaga de aire fríos coló en la habitación. Unos dedos helados le acariciaron la cara. Ella abrió los ojos, pero no estaba asustada. Era curiosidad lo que sentía. Él se coló entre las sábanas. A ellale gustó sentir ese tanto helado en su piel. Él la sujetó fuerte, comnzó a desnudarla. Ella se dejó. Le gustaba. Él le hablaba al oíso, mi amor, le decía, eres perfecta, sólotú puedes hacerlo, sólo tú puedes continuar mi linaje. Y eso es lo que hizo. Ella se estremecía de placer debajo de él, deseaba más, más, MÁS, ¡MÁS!. Y él se lo concedió. Estaba a punto de explotar, lo deseaba, lo necesitaba, necesitaba su sangre. Ella notó unos pinchazos en el cuello. Luego un gorgoteo de sangre. Y después se durmió. Hecha su tarea, él la dejó y se marchó.
P.D.: Para quién no se entere: íncubos.
P.D.: Para quién no se entere: íncubos.
MARATÓN: Volumen X
- Ey, tío, ¿te vienes a la piscina mañana?
- Lo siento, soy de secaño.
- ¿Y a la playa? No te tienes que meter en el agua.
- No.
- ¿Por qué?
- Porque me derretiré. Necesito frío para vivir.
[[Texto de gran profundidad]]
- Lo siento, soy de secaño.
- ¿Y a la playa? No te tienes que meter en el agua.
- No.
- ¿Por qué?
- Porque me derretiré. Necesito frío para vivir.
[[Texto de gran profundidad]]
MARATÓN: Volumen IX
Hoy hice una cosa muy fea... ¡Fui en contra de mis principios! ..............................................................
¡LE DIJE A PEPA QUE TENÍA EL PELO CHACHIIIIIIII! Y jurara no decirlo nunca... Me he decepcionado a mí misma... ='(
P.D.: Pepa, cariño, no te enfades. Si sabes que yo te quiero mucho (L).
¡LE DIJE A PEPA QUE TENÍA EL PELO CHACHIIIIIIII! Y jurara no decirlo nunca... Me he decepcionado a mí misma... ='(
P.D.: Pepa, cariño, no te enfades. Si sabes que yo te quiero mucho (L).
MARATÓN: Volumen VIII
¡Es increíble! ¡Él me quiere! Se acordó de mí, sabía cosas que ni siquiera yo reordaba que le dijera. Retuvo detalles míos que pasarían desapercibidos a cualquier otra persona. Joooooooojojjo ¡le gustoooo! Ay... Y yo ahí, sufriendo en silencio... Ains...
MARATÓN: Volumen VII
Jamás pensé que pudiera pasar algo así. ¡Ella me quería! Todo el curso observándola en la distancia, pensando en lo bonito que sería abrazarña y besarla, ignorando que ella sentía lo mismo por mí...
MARATÓN: Volumen VI
Se asomó por la ventana y observó la Luna. Estaba en cuarto menguante. Notó algo extraño, estaba inusualmente clara. la enfocó con los prismáticos y sonrió.Se distinguían claramente numerosos cráteres. A un puñado de quilómetros de distancia, alguien observaba la misma Luna. No pudo evita pensar en la otra persona. ¿La estaría viendo también? Ese pensamiento e provocó una sonrisa. Era posible que estuvieran observando esa preciosa Luna los dos a la vez. Dos almas unidas por el poder de los astros.
P.D.: Este texto se lo dedico a mi querido tOp, porque aunque sé que nunca lo va a leer, yo me siento bien dedicándoselo. =D
P.D.: Este texto se lo dedico a mi querido tOp, porque aunque sé que nunca lo va a leer, yo me siento bien dedicándoselo. =D
MARATÓN: Volumen V
Estaba en un gran caserón, muy oscuro y tenebroso. Avanzaba por un pasillo largo y lleno de telas de araña tejidas por todas partes, en las esquinas del techo, en los candelaros de las paredes, formando una cúpula blanca encima de su cabeza. Se estremeció. No le gustaban las arañas. Siguió caminando, intentando alejarse de aquellos bichos. Al fondo del pasillo había una enorme puerta de caoba. Su superficie estaba manchada de negro. A medida que se acercaba, las manchs ian formando una palabra: "AYUDA". Corrió hacia la puerta, la abrió de un golpe y se encontró con un espectáculo aterrador. Ella estaba allí, colgada de una viga por el cuello, con todo el cuerpo flácido, sin vida. Él no lo pudo soportar. Gritó.
Abrió los ojos de golpe. Se sentó en la cama, asustado. Estaba completamente cubierto de sudor, las sábanas se pegaban a su piel, que estaba irritada y pegajosa. Una mano se posó en su hombro.
- ¿Estás bien?
Ese tanco lo tranquilizó. Se giró y allí estaba ella, tumbada en la cma y con la preocupación pintada en la cara. Él sonrií y le cogió la mano.
- Sí. Sólo era una pesadilla.
Se inclinó y la besó en los labios. Sólo fuera una absurda pesadilla.
Abrió los ojos de golpe. Se sentó en la cama, asustado. Estaba completamente cubierto de sudor, las sábanas se pegaban a su piel, que estaba irritada y pegajosa. Una mano se posó en su hombro.
- ¿Estás bien?
Ese tanco lo tranquilizó. Se giró y allí estaba ella, tumbada en la cma y con la preocupación pintada en la cara. Él sonrií y le cogió la mano.
- Sí. Sólo era una pesadilla.
Se inclinó y la besó en los labios. Sólo fuera una absurda pesadilla.
MARATÓN: Volumen IV
A rapaza traspasa o portal. Avanza polo camiño. Chega ata a porta. Entra. Sube as escaleiras. Avanza polo corredor, paseiño, é aínda cedo. Chega á porta da súa casa. Pon a man na manilla e mete a chave na pechadura. Dentro óense berros, así que ela decide apartar a chave e dar media volta. Xa están berrando de novo. Cada vez fano máis a miúdo. De súpeto, un prfundo e arrepiante alarido cravouna no sitio.
- Mamá!
Abriu porta o máis rápido que puido. Inmediatamente botou a correr cara á cociña, que era de onde viñan os berros. A súa nai estaba tirada no chan, cun coitelo cravado nas tripas. o seu pai estaba collendo outro aínda máis grande, coa clara intención de espetarllo tamésn. Ó ver á súa filla entrar correndo deixouno caer ó chan. Ela axeonllouse e tentou taponarle a ferida á súa nai. Imposible. Demasiado sangue. Quedou mirando para ela, impotente, mentres se lle escapaba a vida tal e como estaba esmorecendo a luz do sol por entre os edificios da cidade. A casa comezou a se encher de xente. Un coro de sorenas achegábase e o seu escandaloso son coáase no cerebro da rapaza, ó tempo que se lle inundaban os ollos de bágoas.
- Mamá!
Abriu porta o máis rápido que puido. Inmediatamente botou a correr cara á cociña, que era de onde viñan os berros. A súa nai estaba tirada no chan, cun coitelo cravado nas tripas. o seu pai estaba collendo outro aínda máis grande, coa clara intención de espetarllo tamésn. Ó ver á súa filla entrar correndo deixouno caer ó chan. Ela axeonllouse e tentou taponarle a ferida á súa nai. Imposible. Demasiado sangue. Quedou mirando para ela, impotente, mentres se lle escapaba a vida tal e como estaba esmorecendo a luz do sol por entre os edificios da cidade. A casa comezou a se encher de xente. Un coro de sorenas achegábase e o seu escandaloso son coáase no cerebro da rapaza, ó tempo que se lle inundaban os ollos de bágoas.
MARATÓN: Volumen III
Angustia. Miedo. Horror. Dolor. Cuerda. Mesa. Correa. Piel. Látigo. Golpe. Corte. Moratón. Golpe! Corte! Moratón! Tenaza. Lengua. Sangre. Cuchllo. Pie. Dedo. Párpado. Sangre. Agua. Boca. Estómago. Sangre. Astilla. Uña. Sangre. [[sala de torturas]]
MARATÓN: Volumen II
" ...tócame hasta hacerme enloquecer
O bésame en silencio
pero no me dejes caer..."
<<>>
O bésame en silencio
pero no me dejes caer..."
<<>>
MARATÓN: Volumen I
¿Pódese saber onde estou? Isto está moi escuro. Parece que alí se percibe algo. Achegareime a ver. Pois non era nada. pero, ¿qué é aquilo outro de alí? Xa sei, é unha luz. É moi pequechiña. E moi branquiña. Oohh... Quero tocala. A ver se chego estirando a man. Eh! Estoume erguendo do chan. A luz! Tira de min cara arriba! xa case cheguei, xa case a toco... Toqueina!!
- ¡PLAS!
- ¡BUAAAAAAAAHHHHH...!
- Benvido, pequeno.
- ¡PLAS!
- ¡BUAAAAAAAAHHHHH...!
- Benvido, pequeno.
lunes, 14 de junio de 2010
Delirios de adolescente
Hola, querido lectores (ya parezco una blogger profesional U.u). Mi primer relato será uno que escribí hace ya tiempo, un jueves, sobre las 10 d la mañana o así. Los nombres, claramente, no son reales, pero es que si los pongo me curten. Así que ahí va:
" Aquí estoy,en clase de griego, escribiendo. Es la única manera que tengo de expresar con palabras el calor que ahora mismo me recorre por dentro. Pero empezaré por el principio:
Hace ya tiempo que me fijé en él. No sé cómo, no sé por qué. Sólo sé que lo que vi me gustó. Así que me seguí fijando. Y cada vez me iba gustando más y más.
Esta mañana me levanté tarde muy tarde. La maratón para llegar a coger el bus fue bestial. Pero claro, justo hoy va y llega tarde. Condenao...
Cuando llegué al insti, Andrea, Jennifer y Rebeca me esperaban. Fuimos las cuatro a desayunar a una cafetería, porque ese día no teníamos clase a primera hora. Por el camino de vuelta, Rebeca se quedó mirando un autobús de esos pequeños que pasaba en ese momento y dijo:
- ¿Ese no es tOp?
Y no lo pude evitar. Me puse como un tomate.
- ¿Ein? - repliqúé, haciendo como que o la entendiera bien.
Rebeca me puso cara de conspiración, ante lo que yo me puse mas roja todavía, y no dijo nada. Y menos mal, porque justo en ese momento el susodicho tOp apareció por la acera, dándonos un susto criminal. Saludó y sigúió adando. Menos mal que no me prestó mucha atención, porque yo parecía un rábano con insolación... Pero bueno, la mejor parte fue cuando llegué a clase. Fui a dejar el paraguas en su lugar habitual cuando está mojado, el paragüero, y cuando me giré, flipé.
Se estaba quitando la camiseta. Eso no sería ninguna noticia,si no fuera porque al sacarla por la cabeza se le había subido la camiseta hasta el cuello. De modo que su espalda desnuda estaba justo enfrente de mí.
Y no lo pude evitar. Me acerqué a él y deslicé mis uñas sobre su piel, despacio, intentando que ese momento durara el mayor tiempo posible. Él se quedó quieto, rígido, y temí que s hubiera enfadado. Movió los hombros haacia atrásy su camiseta cayó. Yo me aparté y moví la cabeza, intentando razonar. ¿En qué estaba pensando? Intnté escurrirme, pero él se giró, me cogió de un brazo y me detuvo. Me miró a los ojos. Yo em sonrojé y bajé la cabeza, avergonzada. Él me cogió la barbilla con la mano y me levantó la cara, obligándome a volver a mirarlo. Se acercó más a mí, tanto que podía notar en mi piel el calor que desprendía su cuerpo. Quitó la man de mi barbilla y desluzó las yemas de los dedos por la suave piel de mi cara, para seguir acariciand luego la delicada textura de mi cuello. Este maravilloso contacto me provocó un escalofrío que él notó. Hundió la mano entre mi pelo, sujetándome la cabeza y atrayéndome luego hacia él. Me soltó el brazo y con esa mano me acarició la espalda, haciendo desaparecer el cosquilleo que me quedara tras el escalofrío, para dar paso a un nuevo horigueo, mucho más cálido y agradable. Cuando al fin esa manoparó y descansó en la parte baja de mi espalda mi corazón latía ya con el ruído que provocaría una estamppida de rinocerontes furiosos. Su sonrisa se ensanchó todavía más, disfrutando visiblemente de las emociones y sensaciones que era capaz deprovocar en mí con tan sólo tocarme.
De pronto, todo su cuerpo se tensó, sus manos se volvieron más agresivas y furiosas. Me pegaron a su cuerpo con fuerza, con desesperació, y sus labios asaltaron los míos con ua brutalidadque jamás había sentido, con un salvajismo apasionado que se apoderó de mí, cegándome por completo e impidiéndome pensar. Mis manos se pegarona sus costados, para más tarde subir y subir hasta enlazar mis brazos en su cuello. Su boca apremiante se movió sobre la mía, su lengua separó bruscamente mis labios y se introdujo más allá de la frontera de los dientes sin ninguna compasión...
- ¡¡Diana!! - una voz aguda me llamaba, mientras unas manos me zarandeaban -. Despierta, tía, que tenemos clase.
Me había qedado mrándolo embobada y mi fantasisa mente se había ocupado del resto. No llegara a tocarlo. El contacto sólo fuera producto de mi imaginación. Me estremcí. Era extraño, pero en mi piel y en mis labios todavía permanecía su calor.
" Aquí estoy,en clase de griego, escribiendo. Es la única manera que tengo de expresar con palabras el calor que ahora mismo me recorre por dentro. Pero empezaré por el principio:
Hace ya tiempo que me fijé en él. No sé cómo, no sé por qué. Sólo sé que lo que vi me gustó. Así que me seguí fijando. Y cada vez me iba gustando más y más.
Esta mañana me levanté tarde muy tarde. La maratón para llegar a coger el bus fue bestial. Pero claro, justo hoy va y llega tarde. Condenao...
Cuando llegué al insti, Andrea, Jennifer y Rebeca me esperaban. Fuimos las cuatro a desayunar a una cafetería, porque ese día no teníamos clase a primera hora. Por el camino de vuelta, Rebeca se quedó mirando un autobús de esos pequeños que pasaba en ese momento y dijo:
- ¿Ese no es tOp?
Y no lo pude evitar. Me puse como un tomate.
- ¿Ein? - repliqúé, haciendo como que o la entendiera bien.
Rebeca me puso cara de conspiración, ante lo que yo me puse mas roja todavía, y no dijo nada. Y menos mal, porque justo en ese momento el susodicho tOp apareció por la acera, dándonos un susto criminal. Saludó y sigúió adando. Menos mal que no me prestó mucha atención, porque yo parecía un rábano con insolación... Pero bueno, la mejor parte fue cuando llegué a clase. Fui a dejar el paraguas en su lugar habitual cuando está mojado, el paragüero, y cuando me giré, flipé.
Se estaba quitando la camiseta. Eso no sería ninguna noticia,si no fuera porque al sacarla por la cabeza se le había subido la camiseta hasta el cuello. De modo que su espalda desnuda estaba justo enfrente de mí.
Y no lo pude evitar. Me acerqué a él y deslicé mis uñas sobre su piel, despacio, intentando que ese momento durara el mayor tiempo posible. Él se quedó quieto, rígido, y temí que s hubiera enfadado. Movió los hombros haacia atrásy su camiseta cayó. Yo me aparté y moví la cabeza, intentando razonar. ¿En qué estaba pensando? Intnté escurrirme, pero él se giró, me cogió de un brazo y me detuvo. Me miró a los ojos. Yo em sonrojé y bajé la cabeza, avergonzada. Él me cogió la barbilla con la mano y me levantó la cara, obligándome a volver a mirarlo. Se acercó más a mí, tanto que podía notar en mi piel el calor que desprendía su cuerpo. Quitó la man de mi barbilla y desluzó las yemas de los dedos por la suave piel de mi cara, para seguir acariciand luego la delicada textura de mi cuello. Este maravilloso contacto me provocó un escalofrío que él notó. Hundió la mano entre mi pelo, sujetándome la cabeza y atrayéndome luego hacia él. Me soltó el brazo y con esa mano me acarició la espalda, haciendo desaparecer el cosquilleo que me quedara tras el escalofrío, para dar paso a un nuevo horigueo, mucho más cálido y agradable. Cuando al fin esa manoparó y descansó en la parte baja de mi espalda mi corazón latía ya con el ruído que provocaría una estamppida de rinocerontes furiosos. Su sonrisa se ensanchó todavía más, disfrutando visiblemente de las emociones y sensaciones que era capaz deprovocar en mí con tan sólo tocarme.
De pronto, todo su cuerpo se tensó, sus manos se volvieron más agresivas y furiosas. Me pegaron a su cuerpo con fuerza, con desesperació, y sus labios asaltaron los míos con ua brutalidadque jamás había sentido, con un salvajismo apasionado que se apoderó de mí, cegándome por completo e impidiéndome pensar. Mis manos se pegarona sus costados, para más tarde subir y subir hasta enlazar mis brazos en su cuello. Su boca apremiante se movió sobre la mía, su lengua separó bruscamente mis labios y se introdujo más allá de la frontera de los dientes sin ninguna compasión...
- ¡¡Diana!! - una voz aguda me llamaba, mientras unas manos me zarandeaban -. Despierta, tía, que tenemos clase.
Me había qedado mrándolo embobada y mi fantasisa mente se había ocupado del resto. No llegara a tocarlo. El contacto sólo fuera producto de mi imaginación. Me estremcí. Era extraño, pero en mi piel y en mis labios todavía permanecía su calor.
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