Él estaba sentado en su cuarto, deante del ordenador. Ella, también. Estaban hablando, más bien coqueteando, cuando ella notó que sus dedos empezaban a tirar de la piel de las manos amenazndo con desgarrarla. Se despidió apresuradamente y cortó la comunicación. Salió de casa corriendo y se internó en el bosque. Por el bien de todos.
En cuanto estuvo lo suficientement lejos, se dejó llevar. Así era más fácil y menos doloroso. Cerró los ojos y notó cómo su piel se desprendía de su cuerpo, dejando a la vista ua piel nueva, totalmente cubierta de un espeso pelo negro. Las orejas crecieron y se filaron, las cejas se separaron, se le dislocaron los hombros, la mandíbula se alargó, manos y piel se convirtieron en armas mortales. Acabada latransformación, se sentó y esperó. A los pocos minutos, unas ramas secas crujieron bajo unos pies inmensos. Ella se levantó y corrió hacia ese sonido. Ecabó en brazos de un licántropo enorme, impnente... e inmensamente atrayente. Agarrados, lanzaron juntos un profundo aullido a la noche y salieron corriendo a la velocidad de la luz, en dirección a la Luna.
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